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La Imagen de Nuestra Señora de Piedraescrita

Un pastor, que guardaba ganado en la dehesa de Los Barrancos descubre «sobre la misma piedra en que se apareció» (así lo relata el P. San José) una imagen o talla de la Virgen María y se la lleva a su casa, comunicándolo a vecinos y Autoridades pero la Imagen desaparece de allí y cuando van todos al sitio donde se apareció la encuentran de nuevo, entendiendo que es voluntad de la Virgen que se le haga una Ermita en aquel lugar, donde habría de re­cibir culto.

       Es de estilo románico, arte que se desarrolla en España entre los siglos X y XIII, difundida por los Cluniacenses, que la recibieron del Cister donde se inició. La Imagen puede ser por lo tanto de finales del s. X o comienzos del s. XI. De todas formas la antigüedad de la talla es innegable. Aquí se juntan historia y leyenda.

       El aparecer la Imagen sobre la piedra no carece de simbolismo, quiere decir que el Cristianismo viene a iluminar al mundo pagano -­la escritura es romano-pagana- y mostrarle a Jesucristo como su Dios Salvador. La imaginería románica mariana era muy expresiva: el Niño iba sentado sobre las rodillas de su Madre, que formaba como un tro­no, mirando de frente y con el mundo en su mano izquierda, al tiempo que con la derecha bendice. En realidad estas imágenes hablaban en silencio, por sí solas.

      Sigue diciendo el P. San José: «Piedra Escrita, cuyo templo está e­rigido en el medio de La Serena, la que antiguamente se llamó Bethu­ria y sus moradores los Túrdulos. Después la mudaron el nombre de Bethuria y dieron el de Serena por tener su dominio y propiedades una matrona romana llamada Serena… casada con Estilicón… y así fue Emperatriz una hija de éstos… llamada María, mujer del Emperador Honorio…».

      Descripción de la Imagen

      Analicemos los datos que ofrece el P. San José según él la ve, año 1.751: la Imagen es «de bulto», es decir, una escultura de madera ta­llada, no una pintura en tabla o lienzo, «es su altura como de tres cuartas»,-el P. Villacampa, a. 1925, puntúa: «sedente, mide de altura 59 cms. incluyendo la base de la silla». «De color moreno, fusco o pardo» pero «aunque morena, es hermosa», «vestida al uso antiguo de la primitiva Iglesia y la simetría de su rostro dice con las Imágenes antiguas de Nuestra Señora; tiene su Niño Jesús en ambas manos y en la diestra una esfera pequeñita».

      Rodríguez Villafuerte, a. 1.595, dice: «La Imagen tiene su hijo en los brazos y en la mano derecha una manzana dorada, y una corona al­menada en la cabeza». Esta corona formaba una sola pieza con la Ima­gen. Continúa diciendo el P. Villacampa: «Viste túnica, manto y velo, y este último es como una prolongación del manto. El plegado de los paños es ondulado en el manto y enteramente vertical en la túnica. El calzado de la Imagen es de forma puntiaguda.. el Niño lleva sola­mente túnica, parecida a la de la Madre, y va descalzo.. sostiene con su mano izquierda el globo del mundo, y levanta su derecha en actitud de bendecir… en la imagen primitiva el Niño iba sentado sobre las rodillas».

Virgen

    Al ser destruida en 1.936 esta antigua Imagen, se adquirió por suscripción popular una nueva al estilo de la primitiva. Imagen que llegó a Campanario el 22 de marzo de 1.940.

Imagen actual, 1985

(Información recogida del libro «Piedraescrita y Campanario» de José Gallardo Calderón. Imágenes del libro «Nuestra Señora de Piedraescrita – 50 Aniversario de la Coronación Canónica» de María Dolores Cabezas de Herrera Fernández)

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